Ecuador.- “Le dije a Dios no quiero trabajar para el mundo, quiero trabajar para Ti, así que vendí mis bienes, y los invertí construyendo el Centro de Ayuda Social Adventista Betel, donde predicamos la palabra de Dios desde hace 3 años”, cuenta Fulton Mero, un miembro de 60 años de la iglesia Adventista.
Fulton, inspirado por un llamado, decidió vender todo para servir como misionero y acompañar a personas que luchan contra las adicciones de manera integral en el sur de Ecuador. Oriundo de la parroquia Eloy Alfaro, del distrito misionero en la ciudad de Manta, (Misión Ecuatoriana del Sur – M.E.S), relata que, además, la decisión de construir el centro fue en base a su testimonio, ya que él también luchaba con problemas de adicciones hace muchos años.
La falta de recursos con el pasar de los años, no ha sido impedimento para que este hombre cumpla la misión, ya que, ante la escasez, decidió hacer un huerto de ayuda en la parte posterior del centro para alimentar a los internos.
Este misionero comenta que la ayuda de la iglesia ha sido fundamental, ya que todo el distrito se moviliza los fines de semana para dar una mano en este lugar, donde también se predica la Palabra de Dios.
“Quiero ser una luz en este mundo. Hay muchos que están sufriendo y no saben como salir del abismo. A través de este espacio, queremos ayudarlos y que conozcan al Salvador de vidas, y al único Ser que nos da nuevas oportunidades. Yo no perdí nada, obtengo mi ganancia en Cristo”, enfatiza Fulton.
Este es el primer espacio adventista de ayuda a personas con adicciones en el sur del Ecuador, donde principalmente funciona un espacio de evangelismo. Allí también son realizadas todas las campañas que promueve la Iglesia Adventista. Como resultado de la reciente programación por Semana Santa, 17 internos entregaron su vida a Cristo en el centro, el martes 15 de abril.
